Hoy vamos a darle una jugada a este juego que siempre me ha gustado mucho: Metro (París 1898). Mis padres lo compraron en un viaje a Alemania, poco tiempo después de que el juego ganase el Kritikerpreis “Juego del año” de 2000. Es bastante fácil de jugar, rápido y los resultados siempre son variables, así que vamos a darle un vistazo.
Metro es un juego que se basa en poner fichas sobre un tablero con el objetivo de hacer las rutas más largas posibles para cada una de tus líneas. Al final de la partida el jugar con más puntos gana – y se recomienda que hagáis un recuento rápido a final de partida, ya que es fácil dejarse puntos colgando. El número de jugadores es de 2 a 6 – contra más jugadores más caos y malicia, pero con dos se juega igual de bien. Se tardan entre 20 y 40 minutos en jugar, dependiendo de cómo de serie los jugadores se lo estén tomando, o lo confundidos que se hallen con las vueltas que dan las líneas.
El juego funciona de la siguiente manera, cada ronda todos los jugadores ponen según el orden que hayáis establecido una ficha sobre el tablero, y se sigue este patrón hasta que no quede fichas. No tiene más misterio. Las fichas deben de estar en pilas mirando hacia abajo, y cuando se colocan sobre el tablero deben de seguir la dirección que marque la flecha – usad el tablero como punto de referencia.
También hay un par de componentes en los que hay que fijarse cuando se está preparando el juego, y como referencia durante el resto de la partida. Para empezar, todos los jugadores tiene un número determinado de estaciones, que varían según el número de jugadores que haya en la partida, y que están determinadas por las cartas de jugador.
Y luego tenéis los marcadores de colores, que se usan para contar puntos y para que jugador identifique su estación.
Estos tokens también son útiles para señalar en que tramo de rail empieza la línea del tren – es relativamente sencillo el equivocarse o perder el sentido de la línea sin saber dónde comienza, así que siempre buscad el origen que coincida con el token de color.
Ahora vamos a por las fichas. Cada ficha tiene 4 tramos de rail dibujados en ellas. Al poner más fichas de forma adyacente los tramos van encajando y formando las líneas de metro, hasta que se termina la partida.
La reglas para poner fichas son muy sencillas:
-Todas las fichas deben colocarse sobre el tablero, o bien adjuntas a otra ficha, o al borde del tablero. También vale ponerlas adyacentes a las 4 estaciones centrales – líneas que terminen en estas estaciones doblaran sus puntos.
-Las fichas deben coincidir con el sentido de las flechas (a no ser que se juegue una partida avanzada, en la que se puede obviar esta regla).
-Cuando estéis poniendo una ficha que tiene tramos semicirculares, debéis tener en cuenta que no se pueden usar como la primera ficha al principio de línea. Es decir, si una línea de metro empieza y acaba solo con la ayuda de esta ficha y ninguna otra en la misma estación, la liasteis. Sin embargo, si os encontráis al final de la partida, y no quedan más fichas o sitios donde poner, la regla no se aplica.
Tal vez os estéis preguntado si solo podéis poner fichas en relación con vuestras estaciones o líneas – İPues no, os podéis dedicar a hacer le mal y fastidiar a los demás! De hecho, es un elemento importante de la estrategia del juego, pues así podéis controlar en qué dirección sales las líneas de vuestros adversarios. Y también podéis terminar de este modo líneas que tal vez os parezcan que están yendo demasiado lejos…Aunque claro, estad asegurados de que recibiréis el mismo traro. Por tanto no os sorprendáis si os encontráis con varias líneas cerradas con solo un par de puntos – venganza jerezana. Pero no os preocupes, si os encontráis que por alguna maldad habéis terminado con todas vuestras líneas cerradas antes de que se acabe la partida, no hay problema – vosotros seguís jugando siempre u cuando haya fichas que poner. Así que os podéis dedicar a estropearle los planes a los demás.
Y nada más nos queda que explicar cómo funciona la puntuación. Básicamente, por cada tramo de línea por el que pase vuestro tren (y no por cada ficha) sumáis un punto. Y recordad que si vuestra línea termina en una de las estaciones centrales, los dobláis. Por tanto, podéis ir en círculos todo lo que queráis, siempre cuando no terminéis la línea en una estación, los puntos siguen rodando.
İY así si son las cosas y así se las hemos contado que diría aquel! Como veréis es un juego super facilón. Es genial si jugáis con niños de unos 8 años en adelantes, porque no hay muchas reglas que aprender, y solo hay que colocar piezas. Y lo mismo va si jugáis con alguien que no tiene mucha experiencia con juegos de mesa y queréis ahorraros un rollo de reglas, ni complicaros la historia con estrategias de la muerte. Metro es realmente un juego accesible para cualquier tipo de persona. Así que, si le dais una oportunidad, esperamos que os guste y que lo disfrutéis. Nos vemos en la siguiente entrada 🙂 .